Preguntadas más de 500 personas:“¿Considera que el sistema educativo en El Salvador necesita una reforma?”, el 87 por ciento respondió afirmativamente, un ocho dijo no y un cinco manifestó no saber.
La consulta de LPG coincide con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que advirtió que la región enfrenta una crisis de aprendizajes, tras conocerse los resultados obtenidos por 14 países latinoamericanos en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2022.
La investigación realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico llama a los 14 países latinoamericanos incluidos a resolver este problema si quieren un desarrollo más inclusivo.
El estudio de PISA midió los conocimientos de los estudiantes de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias, y su capacidad de aplicarlos.
La muestra precisó que tres de cada cuatro estudiantes latinoamericanos no logran las competencias mínimas en matemáticas, el 55 por ciento no alcanza las habilidades básicas en lectura y el 57 por ciento en ciencias.
“PISA 2022 nos invita a tomar acciones, ya que nos muestra que una gran proporción de niñas y niños en la región no logran obtener competencia mínimas”, opinó Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional Multisectorial de la Unesco.
El Salvador, junto a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay formaron parte de las naciones evaluadas.
Las naciones con peor desempeño fueron El Salvador, Guatemala, República Dominicana y Paraguay, reflejó el informe.
«Los resultados de la medición 2022 de la prueba PISA confirman nuestros peores temores sobre el deterioro general de los aprendizajes de toda una generación de escolares, no solo en la región, sino en todo el mundo», dijo el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
El apagón educativo en América Latina y el Caribe provocado por la pandemia de Covid-19, el mayor experimentado en todo el mundo dejó daños y cicatrices, que, desafortunadamente, serán visibles en la región por muchos años más, aseguró Salazar-Xirinachs.
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