Esa petición evitaría la extradición del programador hacia Estados Unidos, donde lo acusan de espionaje y, presumiblemente, enfrentaría una pena de hasta 175 años de prisión si resulta culpable de la difusión de documentos oficiales clasificados.
Según la abogada australiana de derechos humanos, Assange sufre de un grave trastorno depresivo, sumado al diagnóstico de un trastorno del espectro autista y las pruebas médicas indican que tras su llegada al país norteño puede cometer suicidio.
Aseguró que, como resultado de los 13 años en prisión, bajo arresto domiciliario o sometido a restricciones en la Embajada de Ecuador en Reino Unido, su estado es bastante malo.
En febrero acontecerá la vista judicial contra el periodista de 52 años con el propósito de resolver su apelación, aunque Robinson prevé un resultado negativo ante la defensa de las autoridades estadounidenses de la necesidad de extradición bajo el pretexto de poner en peligro la seguridad nacional.
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