A juicio de los especialistas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la elevada demanda de minerales esenciales ejerce una presión cada vez mayor sobre las actuales cadenas de suministro, dadas las exigencias internacionales a la luz de la llamada transición energética.
El análisis, suscrito por Monia Snoussi-Mimouni y Sandra Avérous, recuerda que el cobalto, el cobre, el litio, el níquel y las tierras raras, desempeñan un papel crucial en la producción de tecnologías de energía limpia, desde turbinas eólicas hasta automóviles eléctricos.
Solo el sector de las baterías, ejemplificó el documento, es responsable del 70 por ciento de la demanda mundial de cobalto y también requiere aluminio, cobre, litio, níquel y tierras raras.
Mientras los electrolizadores, cruciales para fabricar hidrógeno verde, dependen de una variedad de minerales críticos, incluidos el platino y el iridio.
Asimismo, los elementos de tierras raras son altamente codiciados para distintos usos, entre ellos, la fabricación de imanes, un componente vital en muchas máquinas eléctricas, sobre todo en las más eficientes desde el punto de vista energético, abundó la fuente.
Según la pesquisa, el valor de las importaciones de los rubros enunciados aumentó casi al doble en los últimos cinco años, al pasar de 212 mil millones de dólares en 2017 a 378 mil millones de dólares en 2022, con un crecimiento significativo del comercio de metales del grupo del platino (MGP), como rodio, iridio, rutenio y osmio.
En los últimos cinco años, el comercio de los MGP, las tierras raras y otros minerales casi se ha duplicado, alcanzando un valor total de 219 mil millones de dólares en 2022, precisó el texto.
China, Unión Europea, Japón y Estados Unidos fueron los mayores compradores de minerales críticos no procesados, sustentó el diagnóstico.
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