Oliva tiene una estatua en su honor en una de las entradas del Target Field de Minnesota, fue el primer bateador de las Grandes Ligas en ganar el campeonato de bateo en sus primeras dos campañas (1964 y 1965) y obtuvo otro en 1971.
Además, tiene el privilegio de ser el primer cubano en ser elegido Novato del año, implantó récord con ocho participaciones en Juegos de Estrellas, y ganó el liderato de hits en cinco ocasiones, entre otros tantos lauros.
La invitación corrió a cargo del presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Juan Reinaldo Pérez Pardo, quién lo saludo hace unos días a su llegada al territorio nacional.
«Para mí sería un sueño lanzar la primera bola en un partido oficial en Cuba», declaró Oliva hace dos años en una entrevista para el portal Cubadebate.
«Yo todavía tengo una recta de 90 millas por hora, tú sabes. Eso sería un tremendo placer, pero que se cuide el cátcher», bromeó el inmortal.
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