Hasta ahora, parecía que la mayor amenaza al paquete suplementario de seguridad nacional que anda dando vueltas desde octubre, sería la de los republicanos de la Cámara de Representantes, que han prometido anular la legislación en términos muy claros.
Los conservadores se están alineando contra la propuesta por considerarla demasiado blanda con los posibles migrantes, mientras los demócratas liberales la critican por ser excesivamente dura en ese sentido, reseñó el diario The Hill.
Entre los demócratas que han expresado su rechazo están los miembros del Caucus Hispano del Congreso (CHC) y el Caucus Progresista, quienes están indignados porque fueron excluidos de las negociaciones del Senado.
La legislación emergente parece excluir prioridades demócratas clave como protecciones para los solicitantes de asilo y un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados que ya se encuentran en el país, particularmente un grupo de jóvenes conocidos como Dreamers, según plantean.
El propio periódico indicó que un coro grande y creciente de estos demócratas ya está advirtiendo que se opondrán a la legislación si de alguna manera llega al pleno de la Cámara de Representantes.
Lo anterior crearía un potencial dolor de cabeza para Biden y otros líderes demócratas que culparon de manera anticipada a los republicanos de ser la piedra en el zapato.
“Todo lo que he escuchado en este proyecto de ley va a hacer retroceder la reforma migratoria –una verdadera reforma migratoria integral– 10 o 15 años”, dijo la representante Nanette Barragán, demócrata por California y líder del Caucus Hispano.
Advirtió que, si hubiera algo ahí como caminos hacia la ciudadanía o Dreamers, “esa sería una conversación muy diferente”.
Pero no hubo negociación, en realidad fue una especie de “toma de rehenes”, dijo al insistir en que “fueron principalmente concesiones sobre cosas de las que hay pruebas que no van a solucionar el problema”.
Los demócratas que rechazan lo que está ocurriendo se apresuraron a enfatizar que no se ha cerrado ningún acuerdo en el Senado y no se ha publicado ningún texto legislativo formal.
Basándose en numerosos informes de los medios que describen algunos de los cambios supuestamente incluidos en el proyecto de ley, los liberales de la Cámara Baja anticipan que se opondrían al paquete si esos detalles resultan ciertos, acotó la publicación.
“Las cosas que están en el proyecto de ley que se negociaron son políticas del tipo trumpiano (en alusión a Donald Trump) que nunca han funcionado para abordar realmente los problemas que tenemos”, apuntó la representante Pramila Jayapal, líder del Caucus Progresista.
“Así que, francamente, estoy decepcionada de que el presidente, la Casa Blanca y algunos otros demócratas estén cediendo a ese tipo de narrativa, porque socava lo que realmente necesitamos hacer para solucionar el problema”, afirmó la congresista por el estado de Washington.
La reacción se produce cuando un grupo bipartidista de negociadores del Senado dice que se están acercando cada vez más a un acuerdo que combine los intereses sobre la frontera y lo de la ayuda a Ucrania e Israel, entre otras prioridades.
El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, consideró la víspera que, si bien los negociadores se están acercando a un acuerdo, todavía quedan “algunas cuestiones por resolver”, que, al parecer, no serán fáciles.
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