En declaraciones a Prensa Latina, el presidente del Grupo de Amistad Francia-Cuba de la Asamblea Nacional y dirigente comunista Chassaigne consideró inaceptable la subordinación a la agresividad de Washington, que con leyes como la Helms-Burton aleja a empresas y bancos franceses de la isla.
No puede permitirse que los bancos no realicen operaciones con Cuba ni acompañen a nuestros empresarios que tienen vínculos con ese país, lo cual me parece bajar la cabeza ante Estados Unidos, advirtió.
De acuerdo con el diputado, no solo se trata de denunciar el bloqueo por sus daños al pueblo cubano, también por las consecuencias que representa para los intereses de Francia.
Si las empresas van a la isla a hacer negocios e invertir, como la han hecho varias en los últimos años, se beneficia su población, pero al mismo tiempo gana nuestra economía, subrayó.
Por su parte, el parlamentario por La Francia Insumisa Coquerel estimó que hacer frente a la extraterritorialidad estadounidense es una cuestión de coraje.
Francia y la Unión Europea votan a favor de las resoluciones en la Asamblea General de la ONU por el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, postura con la que deberían ser consecuentes, en lugar de mostrar debilidad, manifestó a Prensa Latina.
Para Coquerel, existe potencial en las relaciones comerciales con Cuba, las que calificó de lógicas dada la condición de Francia, que cuenta con territorios de ultramar en el continente americano.
Ambos diputados expresaron su determinación a abordar con el gobierno galo el tema de la extraterritorialidad del cerco impuesto a la mayor de las Antillas y la necesidad de actuar contra la misma a los niveles nacional y europeo.
El lunes pasado, la Asamblea Nacional acogió un coloquio organizado por su Grupo de Amistad Francia-Cuba y el Instituto de Altos Estudios sobre América Latina (Iheal), enfocado en promover un refuerzo de la presencia de empresas galas en la isla, en beneficio de su población.
Entre las cuestiones debatidas estuvieron la negativa de bancos franceses a trabajar con Cuba por temor a las sanciones y la presión de Washington.
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