Así se refirió al ser interrogado sobre la probable repercusión que podría tener en las provincias limítrofes los continuos llamados del exlíder rebelde Guy Philippe «a una revolución» para que el primer ministro Ariel Henry abandone el poder.
«Estamos dando seguimiento a la situación en Haití y preparados ante cualquier situación de inestabilidad, que no es nueva en la vecina nación; ha sido una constante en estos dos años y medio», dijo Abinader ante las preguntas al respecto de los medios de comunicación en su rueda de prensa de todos los lunes, La Semanal.
Indicó que, de hecho, cada semana las autoridades dominicanas celebran reuniones en las que se estudia la situación en Puerto Prìncipe dada la cercanía geográfica.
Abinader fue preguntado sobre este tema en momentos en que el empobrecido país vive una ola de manifestaciones para pedir la renuncia de Henry, mientras suman miles los muertos a manos de las bandas armadas que prácticamente controlan el país.
Los manifestantes argumentan que el 7 de febrero vence un presunto plazo para que Henry renuncie.
El dignatario también fue preguntado por la crisis entre los dos territorios por la construcción de un canal de riego por civiles haitianos en el limítrofe río Masacre (Dajabón para los dominicanos), que llevó en septiembre pasado a la adopción de diferentes medidas por su Gobierno, entre ellas el cierre de las fronteras, ya abiertas.
En enero último, se reanudaron las reuniones al respecto entre autoridades dominicanas y haitianas, pero, señaló Abinader, «no se ha llegado a ningún acuerdo», pues, según alega República Dominicana, Haití incumple con lo estipulado en el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje.
Haití, por su parte, defiende el derecho a construir el canal de riego y se opone a las medidas de Santo Domingo, entre estas la negación de visados a sus ciudadanos y el control biométrico como requisito para ingresar en este territorio con el fin de participar en el mercado binacional.
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