La agrupación llamó a la población a participar en las protestas, que comenzarán con una manifestación frente a la oficina del primer ministro en Puerto Príncipe.
El objetivo de la misma es obligar a Henry a dimitir antes del 7 de febrero, pues dicho partido acusó al gobierno de mostrar una notoria despreocupación e inacción ante las atrocidades cometidas por bandidos armados contra ciudadanos pacíficos.
El 29 de enero fueron reanudadas las manifestaciones en Haití también con el objetivo de derrocar a Henry, paralizar la nación y convertir a la capital en una ciudad fantasma.
La convocatoria fue emitida por el exsenador Jean Charles Moïse, quien pidió cinco días de revueltas, pero no solo en Puerto Príncipe, sino en todo el territorio nacional.
Moïse pidió a la población haitiana que cerrara las puertas de las instituciones públicas sin distinción alguna y descartó cualquier posibilidad de manifestaciones pacíficas, las cuales no tendrían hora, ruta ni destino.
El exsenador aconsejó a la policía no interferir en esta batalla popular para apuntalar a Henry, que lleva un mandato -dijo- cargado de criminalidad, corrupción y sin estabilidad.
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