En un encuentro con la Misión Estatal de Cuba en Francia, el mandatario compartió las prioridades para sacar adelante el proyecto socialista que defiende la isla, en un contexto que comparó con el de una economía de guerra, marcado por el recrudecimiento del cerco de Washington, el cual agrava el impacto de las crisis globales y los conflictos.
De acuerdo con Marrero, el desafiante panorama requiere decisiones que concentran los esfuerzos del gobierno en estos tiempos, enfocado en corregir las distorsiones y mejorar la situación económica, y al mismo tiempo desplegado en la calle junto al pueblo, escuchándolo y explicándole cada medida.
Las proyecciones inmediatas incluyen objetivos como la estabilización macroeconómica, con componentes que van desde la actualización de precios y la descentralización hasta el control del tipo de cambio.
El primer ministro cubano también destacó el accionar en función del incremento y la diversificación de los ingresos en divisas, un ámbito que abarca el estímulo a las exportaciones; el aumento de la producción nacional, con la mira en la soberanía alimentaria; el perfeccionamiento del sistema empresarial y el desarrollo territorial.
Marrero ofreció detalles sobre el comportamiento del sector privado como un elemento de impulso económico, con más de 10 mil micro, pequeñas y medianas empresas aprobadas en los últimos años y alrededor de 580 mil trabajadores acogidos a formas no estatales de gestión bajo un nomenclador positivo.
Todo esto implica la posibilidad de incursionar en una amplia gama de áreas, acotó el primer ministro cubano.
Las estrategias de desarrollo contemplan igualmente una política social de protección a los más vulnerables, con la tesis de subsidiar a personas y no a productos, y un combate sin cuartel contra la corrupción, las ilegalidades y la indisciplina social.
Marrero cumplió en Francia un tránsito en su ruta hacia Emiratos Árabes Unidos, donde participará la próxima semana en la Cumbre Mundial de Gobiernos.
En el encuentro con la Misión Estatal de la isla lo acompañaron miembros de su delegación y los embajadores en París, Otto Vaillant, y ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Yahima Esquivel.
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