Desde 2009 cuando Tigres de Aragua alzó el cetro, ningún club de la liga profesional venezolana había vuelto a dominar el clásico caribeño.
Para los Tiburones constituye su primera corona, después de par de subtítulos logrados en 1983 y 1986.
Los escualos dirigidos por Ozzie Guillén lideraron la fase preliminar con saldo de 5-1, doblegaron a Curazao en la semifinal por 6-2 y en el duelo por el cetro blanquearon a Tigres del Licey, de República Dominicana, con marcador de 3-0.
Con esa misma pizarra los Tigres dominaron en la final del año pasado a Leones de Caracas para alzar su oncena corona, máximos ganadores de la justa regional.
Para Guillén este éxito resulta una marca singular en su currículo como manejador de equipos, pues es el único latinoamericano que acumula títulos en una Serie Mundial de Grandes Ligas, una liga profesional invernal y en la Serie del Caribe.
El duelo por el campeonato resultó récord en asistencia con 36677 tiques vendidos, cantidad jamás reunida en un partido de estos torneos, y superior también a los 36098 aficionados que presenciaron en el propio LoanDepot Park de Miami el juego entre Japón y Estados Unidos por le oro del Clásico Mundial beisbolero de 2023.
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