El departamento capital destacó en número de aspirantes con 215, entre los que figuran integrantes de organizaciones de la sociedad civil, exfuncionarios ediles y candidatos de las pasadas elecciones generales, según la información publicada.
Le siguen Alta Verapaz, con 91; Quiché (90); Escuintla (89); Huehuetenango (87); y Quetzaltenango, con 84, reflejó el sitio web del Ministerio de Gobernación.
Mientras tanto, con menos personas que optan por el cargo sobresalen Zacapa (34); Jalapa (35); y Chiquimula (39), según los datos expuestos por la cartera.
Días atrás trascendió la presentación del expediente del expresidente de los 48 Cantones de Totonicapán Luis Pacheco, quien encabezara las movilizaciones desde octubre pasado hasta enero último en defensa de los resultados electorales.
Además, la de Luz Emilia Ulario, exalcaldesa de Santa Lucía Utatlán, Sololá, así como de Mercedes Adelina García, abogada y lideresa maya Mam, de San Marcos, que igualmente promovieron las protestas durante 106 días continuos en defensa de la democracia.
Una articulación social de pueblo Kaqchikel en Chimaltenango exigió garantías para la vigilancia y transparencia en la elección de gobernadores departamentales.
El cronograma fijado por el Gobierno indicó que las observaciones podrán ser enviadas desde mañana hasta el 15 venidero para su posterior análisis.
Del 16 al 22 tendrá lugar una sesión extraordinaria para el análisis de los perfiles por parte de los representantes del Consejo de Desarrollo.
El 1 de marzo será la fecha límite para enviar las ternas finales de aspirantes al presidente de la nación para el puesto de gobernador departamental, seleccionadas por consenso o mayoría simple.
Estos cargos en Guatemala, diseñados para ejecutar el presupuesto de obras públicas, no son de elección popular, sino de designación y libre remoción por parte del Ejecutivo.
El mandatario del país, Bernardo Arévalo, realizó cambios al reglamento de los Consejos de Desarrollo, específicamente para el proceso de designación de los gobernadores departamentales.
Por tal razón, aumentó el interés por sumarse en relación con lo sucedido hace cuatro años y la expectativa gira ahora en torno a la transparencia y a potenciar funcionarios con experiencia en administración, liderazgo y capacidad.
Durante los últimos tres Gobiernos, de acuerdo con varios análisis, algunos de quienes ocuparon esos cargos fueron señalados luego por corrupción.
Arévalo, quien asumió la silla presidencial el pasado 14, está enfocado en el combate frontal a ese flagelo y en hacer realidad la promesa de una nueva primavera.
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