De vaticinios a que se iba a repetir lo habitual, es decir un triunfo contundente del PP, a pasar a las dudas a partir del alza de los nacionalistas del BNG, y una sacudida en el liderazgo nacional de la principal fuerza de oposición.
Toda la erosión comenzó días atrás y de forma transversal, cuando el líder del independentista partido Junts por Cataluña (JxCat), Carles Puigdemont, deslizó que con Feijóo (Alberto Núñez) no hubiese tenido problemas con la amnistía.
Se refería, de esta forma, a las dificultades que afronta JxCat con el bloque de izquierda en el Gobierno actual de Pedro Sánchez, para sacar adelante una ley de amnistía que beneficiaría a decenas de personas involucradas en el intento de secesión de Cataluña en 2017 y al propio Puigdemont.
No ofreció todos los detalles de una negociación que existió entre el PP y JxCat, pero sí dejó ver lo suficiente para desatar una tormenta alrededor de Alberto Núñez Feijóo y su partido.
El asunto es que el PP y su socio de la ultraderecha de Vox, no han cesado de desbarrar del Ejecutivo de Sánchez desde que asumió la nueva legislatura, por “vender a España a prófugos de la justicia, condicionar el poder a los valores de la patria y negociar de manera inconstitucional”.
Pese a las justificaciones y elementos defendidos por el PP, la credibilidad de Núñez Feijóo ha sido puesta en duda y afecta, indirectamente, a las perspectivas de arrasar como se creía en Galicia.
Así y todo, el presidente del PP gallego y candidato a la Xunta, Alfonso Rueda, reiteró este martes que confía en revalidar el próximo domingo una mayoría absoluta que le permita seguir otros cuatro años al frente de la Comunidad Autónoma.
‘Coged la peor encuesta, para motivarnos y realizar un último esfuerzo, porque la verdadera son las elecciones del domingo’, sentenció Rueda, en referencia a los contradictorios sondeos de las últimas semanas.
De momento, los comicios de Galicia parece que estarán también salpicados por las protestas de agricultores y transportistas, con las llamadas tractoradas que bloquearon el tráfico en las carreteras y sitiaron ciudades en días recientes.
Aunque la evolución del paro cambió, con más compromiso de algunos sindicatos, todavía siguen las sospechas de que el asunto es utilizado por la derecha con fines de presionar todavía más al Ejecutivo de izquierdas.
La subida del tono de los agricultores contrastó con las críticas de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT).
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