Antes de su designación por el sumo pontífice, el ahora monseñor Saldaña ocupaba el cargo como ministro provincial de la Provincia Franciscana Nuestra Señora de Guadalupe en Centroamérica y Panamá.
Líderes religiosos destacaron que la renuncia presentada por el cardenal Lacunza sigue un proceso común dentro de la iglesia católica.
De acuerdo con las normativas eclesiásticas, cinco años antes de cumplir los 80 años, los sacerdotes deben prescindir voluntariamente de los cargos que ocupan.
Al ser cuestionados sobre si la separación de Lacunza está vinculada con su desaparición de dos días hace unas semanas, explicaron que esta decisión no guarda relación con lo sucedido.
«No hay una cuestión de salud, es una cuestión del Código de Derecho Canónico. No hay nada particular. El cardenal sigue siendo cardenal. Él es obispo emérito de David a partir de este momento», precisaron.
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