Hidalgo exigió a las autoridades del Ministerio de Educación ponerle fin a esta práctica que afecta a la comunidad educativa en esas localidades y a la población, y recordó que no han sido pocas las veces que profesores y residentes han reclamado una solución urgente a ese problema.
El dirigente magisterial habló en esos en esos términos al referirse a la intoxicación de 22 estudiantes y cinco profesores la víspera en el centro educativo Max Henríquez Ureña, en el distrito municipal de Cenoví, provincia Duarte.
También a otro episodio similar ocurrido la semana pasada en la escuela Gumersinda Paulino, en La Vega, donde varios alumnos se intoxicaron tras el paso de una avioneta que lanzó pesticida.
Recordó que una comisión encabezada por el ministro de Educación Ángel Hernández, se comprometió a resolver esa situación y alertó que algunas personas han quedado con secuelas producto de la intoxicación por químicos.
Por otra parte, alertó sobre la situación precaria en algunos centros de enseñanza necesitados de reparaciones importantes, mientras el 28 por ciento de las escuelas no tiene agua potable en las áreas comunes.
El 15 por ciento de las aulas habilitadas en los centros educativos públicos son espacios improvisados, que no cumplen con los requisitos de espacio, ventilación y equipamiento necesarios para una práctica pedagógica científicamente válida, puntualizó el presidente de la Asociación de Profesores.
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