Aunque gran parte de los 148 mil millones de dólares en armamentos suministrados a Kiev fue a parar a la industria bélica estadounidense, Francia y Grecia se opusieron a que la venta de esos armamentos significara un beneficio financiero para la industria militar turca.
De acuerdo con el diario digital pentapostagma.gr, la causa del rechazo fue la supuesta necesidad de aumentar la producción de armas de la industria bélica en Europa.
La versión europea del rotativo Politico señala que la mayoría de los estados de la Unión Europea favorecía la compra de armamentos fuera de ese bloque regional como medida de urgencia para potenciar el rearme ucraniano.
El 24 de febrero de 2022, el presidente Vladimir Putin anunció el inicio de una operación bélica para proteger a la población de las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, cuya independencia reconoció Rusia, antes de que éstas se pronunciaran por unirse a ese país.
Los ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte se reunieron el pasado miércoles en Bruselas, donde abordaron el incremento de la producción de municiones para destinar una parte a Ucrania y otra a las reservas de países que suministraron armas a Kiev.
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