La guerra entre las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán envía “ondas de choque” a toda la región en momentos en que el organismo se enfrenta a una crisis casi total con un déficit de financiación de 300 millones de dólares para los próximos seis meses.
Como consecuencia, las personas que cruzan hacia Sudán del Sur o Chad pasan hambre y llegan sin recursos.
El PMA tuvo que priorizar los escasos recursos para los recién llegados, lo que significa que los refugiados preexistentes ya no reciben asistencia, lamentó este lunes el portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric.
Solamente en Sudán, 18 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda y la mayoría permanece atrapada en zonas de combates activos donde el PMA y otras agencias de ayuda luchan por mantener un acceso constante.
Para evitar una catástrofe de hambre a medida que se acerca la temporada de escasez, las agencias de la ONU deben poder brindar apoyo a las familias en Sudán, agregó el vocero.
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