Mediante un comunicado, la agencia de Naciones Unidas explicó que “la decisión de suspender los suministros al norte de la Franja de Gaza no se tomó a la ligera”, pues significa que “la situación allí se deteriorará aún más y “más personas corren el riesgo de morir de hambre”.
Según el PMA, la entrega de alimentos al territorio había vuelto a funcionar hace apenas unos días, después de tres semanas de paralización por el ataque a un camión de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa, por sus siglas en inglés) y la «falta de un mecanismo de alerta humanitaria”.
Recientes informes confirmaron la caída de Gaza en el hambre y las enfermedades a medida que los alimentos y el agua potable se han vuelto increíblemente escasos y los contagios abundan, añadió el organismo.
“El PMA, precisó la fuente, buscará formas de reanudar las entregas de manera responsable lo antes posible. Se necesita urgentemente una expansión a gran escala del flujo de asistencia al norte de Gaza para evitar un desastre.”
En esa porción del territorio palestino ocupado por Israel uno de cada seis menores de dos años de edad padece desnutrición aguda mientras casi el tres por ciento sufre emaciación grave, avalaron diagnósticos de Naciones Unidas.
El informe Análisis de la situación y vulnerabilidad nutricional en Gaza asegura que antes del estallido de las actuales hostilidades en octubre de 2023, la emaciación en la Franja de Gaza era poco común, apenas registrada en el 0,8 por ciento de los niños de cero a cinco años.
“La tasa del 15,6 por ciento de emaciación entre los niños menores de dos años en el norte de Gaza sugiere una disminución grave y rápida”, alertó el texto elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, el PMA y la Organización Mundial de la Salud.
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