En su cuenta en la red social X, la prestigiosa institución francesa precisó que las pinturas formarán parte de su colección hasta el 2029.
Por un acuerdo que data del 2016, los cuadros jamás podrán separarse y se mostrarán al público de manera alternativa por un lustro en el Louvre y el Rijksmuseum, dos de los más famosos museos del mundo, en el caso de la otrora residencia real francesa, el más visitado del planeta (casi nueve millones de visitantes el año pasado).
En el Louvre, los retratos de Marten Soolmans y de Oopjen Coppit, ambos de 1634, podrán admirarse en la sala consagrada a Rembrandt, en el segundo piso del ala Richelieu.
Los cuadros habían sido exhibidos en París unos meses, entre septiembre del 2018 y enero del 2019, por lo que será la primera ocasión en que estarán en la Ciudad de la Luz por varios años.
El pacto prohíbe además que las dos obras del genial Rembrandt (1606-1669) sean prestadas a otros museos.
Maestro del claroscuro y de la Edad de Oro neerlandesa, el nacido en Leiden y radicado a sus 25 años en la urbe de los canales Ámsterdam dejó para la inmortalidad alrededor de 350 pinturas, más de 300 grabados y unos 100 dibujos, durante casi cinco décadas de carrera.
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