Los reclamos, extendidos por varias semanas, intentan acabar con la burocracia y las condiciones generales del sector, según fuentes gremiales.
También los manifestantes se quejan de las políticas ambientales del bloque, como el Acuerdo Verde, que exige limitar el uso de productos químicos y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tales medidas, afirman, restringen su negocio y encarecen productos con respecto a las importaciones desde fuera del bloque.
Además, los agricultores lamentan los bajos precios de sus cultivos y dicen que el grano y varios productos que llegan desde Ucrania y otros países repercuten negativamente en el mercado.
En ese escenario los trabajadores del gremio se unieron a compañeros de Alemania, Polonia y Eslovaquia en varios cruces fronterizos.
En esa última nación hoy hubo bloqueos de calles con tractores frente al Parlamento, según destacó el canal de televisión TA3, que ubicó en alrededor de cuatro mil los participantes en la mayor marcha del sector desde la fundación de la república, según la propia fuente.
Desde Europa central al Báltico y los Balcanes, los manifestantes agruparon hoy a trabajadores de 10 naciones, según los organizadores.
De acuerdo con Andrej Gajdos, de la Cámara de Agricultura y Alimentación de Eslovaquia, los reclamos “no son contra la UE, sino contra las decisiones equivocadas de la Comisión Europea”.
Los campesinos denuncian el incumplimiento de una ley para garantizar que los compradores mayoristas paguen precios justos por sus productos mientras los precios al consumo se disparan.
Ante tal escenario días atrás la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, hizo algunas concesiones al sector como el aplazamiento de los planes para reducir el uso de pesticidas y otras sustancias peligrosas. Sin embargo, las protestas continúan.
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