La situación de seguridad alimentaria y nutrición se deteriora debido a los efectos del cambio climático, la inseguridad y el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, asegura un reciente reporte de OCHA.
La Oficina estima que el número de personas en situación de inseguridad alimentaria durante la próxima temporada de escasez -entre junio y agosto- podría llegar a 2,9 millones de personas, lo que equivale al 17 por ciento de la población total.
Ese es el nivel más alto en los últimos 10 años registrado en el país africano, que también recibe el impacto de la crisis en Sudán.
Esta semana, la ONU anunció la inclusión de Chad en la lista de siete naciones beneficiadas con financiación adicional del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de Naciones Unidas (CERF, siglas en inglés)
Junto a Sudán, Siria, la República Democrática del Congo, Níger, Líbano y Honduras, el país recibirá 15 millones de dólares aunque el propio organismo reconoció la necesidad urgente de más financiamiento para responder a la situación y evitar un mayor deterioro.
Durante 2023, la ONU recibió menos del 40 por ciento de los 56 mil 700 millones de dólares necesarios para sostener los llamamientos humanitarios en todo el mundo.
Por su parte, el Fondo de Emergencia recaudó el pasado año la cantidad más baja en cinco años, por lo que su impacto para salvar vidas enfrenta serios desafíos.
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