Los análisis, divulgados por la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), aseguran que este fenómeno pueden aumentar los ingresos fiscales y favorecer el crecimiento económico después de analizar su impacto en naciones como Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú.
Al mismo tiempo, advierten que los refugiados y desplazados enfrenta a menudo situaciones vulnerables y retos como la xenofobia y la discriminación.
Aunque la mayoría de esta población está en edad de trabajar, tiene un alto nivel educativo y está empleada, con frecuencia están sobrecualificada para sus trabajos y se dedican a actividades informales, lo que limita sus salarios y agrava su capacidad para obtener alimentos.
Los informes Venezolanos en Chile, Colombia, Ecuador y Perú-Una oportunidad de desarrollo, e Integración socioeconómica de las poblaciones desplazadas por la fuerza en América Latina y el Caribe, insisten en la necesidad de facilitar a los migrantes el acceso a los mercados laborales.
Igualmente reconoce la necesidad de facilitarles servicios básicos como la educación y la sanidad, para que estos puedan contribuir mejor a sus países de acogida.
Aunque primer informe reveló que la mayoría de los venezolanos deseaban permanecer en su país de acogida, reconoció que su participación en la comunidad se limitaba principalmente a la actividad religiosa, a pesar de compartir idioma y lazos culturales.
En los cuatro países de acogida, entre el 26 y el 40 por ciento de los migrantes de Venezuela denunciaron casos de discriminación, especialmente las mujeres y los jóvenes.
Ambos informes coinciden en que la xenofobia y la discriminación pueden repercutir negativamente en la inclusión socioeconómica y mermar su capacidad de participar en los lugares donde se establecen.
De acuerdo con Acnur, estas publicaciones representan un paso fundamental para fomentar soluciones y garantizar la plena inclusión socioeconómica de esta población en los países de acogida.
Ese organismo de la ONU estima que 22,1 millones de desplazados permanecían en todo el continente a mediados de 2023, mientras que ese índice en América Latina y el Caribe representaban aproximadamente un tercio de todas las nuevas solicitudes individuales de asilo a nivel mundial.
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