Fernando Pérez, viceministro de Gestión Consular e Institucional, expresó ese mensaje ante el embajador de la RASD en Bolivia, Ahmed Salem Mohamed Ahmed, durante un acto realizado este martes en el Centro Cultural Simón Rodríguez de la embajada de Venezuela.
Asistieron a la velada los embajadores de Cuba, Irán, Nicaragua, Venezuela, Rusia y funcionarios diplomáticos de otros países latinoamericanos.
Pérez ratificó en sus palabras las relaciones de amistad y cooperación de Bolivia con el pueblo y las autoridades de la RASD, así como el firme compromiso del Gobierno del país suramericano de continuar profundizando la cooperación y las relaciones bilaterales.
Por su parte, Salem Mohamed agradeció a su par venezolano, César Trómpiz, y a todo el colectivo de esa embajada el apoyo para la realización del acto conmemorativo.
Al agradecer el mensaje del presidente Arce, recordó que la nación altiplánica reconoció a la RASD el 14 de diciembre de 1982, y desde entonces los dos Estados hermanos mantienen relaciones diplomáticas y contactos continuos.
Como parte de esos vínculos, destacó, ocurren visitas de dirigentes saharauis a Bolivia, además de encuentros en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
Recordó que el 27 de febrero de 1976 el pueblo saharaui proclamó la RASD, y tras 15 años de una confrontación armada atroz entre el Ejercito Saharaui y los ocupantes marroquíes, la ONU y la Unidad Africana aprobaron un proceso de paz.
Indicó que fue aceptado por las dos partes: el Frente Popular por la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro (Polisario) y Marruecos.
En el contexto del denominado Plan de Paz se creó la Misión de la ONU para el Referéndum en Sahara Occidental (Minurso) en 1991, que estipuló la celebración de esta consulta en un plazo de 12 meses y en ese lapso la declaración de alto el fuego.
Sin embargo, subrayó el embajador, “después de 30 años de múltiples maniobras de los ocupantes marroquíes para que el Referéndum de Autodeterminación no se organizase y la falta de presiones del Consejo de Seguridad de la ONU, surgió una nueva situación de inestabilidad en la zona”.
Indicó que las fuerzas marroquíes atacaron a civiles saharauis desarmados que se manifestaban pacíficamente contra la represión llevada a cabo en los territorios ocupados, en Guergarat, al sudeste del Sahara Occidental.
Adicionalmente, estableció un muro en la zona, lo que supuso una violación del alto el fuego y el reinicio de la guerra el 13 de noviembre de 2020, en la cual los ocupantes sufrieron pérdidas humanas y materiales, con una repercusión en su economía y en la inestabilidad social de Marruecos.
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