Ello sucede en medio de la polémica en torno a la filtración de la conversación de altos militares germanos que consideraron atacar el puente de Crimea con misiles Taurus, cuya transcripción fue publicada por la redactora jefa del grupo mediático Rossiya Segodnya, Margarita Simonián.

Al discutir estos planes, los oficiales alemanes analizaron en detalle la posibilidad de suministrar misiles Taurus a Kiev y señalaron que, de optar por enviarlos ahora, sólo estarían operativos en un plazo de ocho meses.

Además, contemplaron proporcionar a Ucrania coordenadas de objetivos rusos con una precisión de tres metros como parte de la planificación.

En este contexto, también se evaluó solicitar asistencia al Reino Unido para coordinar ataques con misiles contra objetivos en Rusia.

Moscú exigió a Berlín explicaciones por la conversación revelada que, según las autoridades rusas, contradice por completo las declaraciones sobre la no participación de Alemania en el conflicto ucraniano.

El canciller alemán, Olaf Scholz, prometió que se investigará «detenida, intensa y rápidamente» la filtración de información tan sensible, mientras el ministro de Defensa, Boris Pistorius, calificó lo sucedido como «parte de guerra de información» rusa.

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