Un comunicado divulgado por su portavoz Stéphane Dujarric confirmó la preocupación del alto representante, en medio del alza de la violencia y las agresiones contra infraestructuras críticas como comisarías de policía y dos penitenciarias durante el fin de semana.
El texto insistió en la necesidad de una acción urgente, en particular para proporcionar apoyo financiero a la Misión Multinacional de Apoyo, aprobada para «atender las apremiantes exigencias de seguridad del pueblo haitiano e impedir que el país se sumerge más en el caos».
Guterres pidió al Gobierno de Haití y a otros actores políticos buscar un acuerdo sobre las medidas necesarias para avanzar en el proceso político hacia el restablecimiento de las instituciones democráticas mediante la celebración de elecciones.
El viernes último, el organismo pidió acciones urgentes para impulsar la Misión Multinacional, aprobada desde octubre último y aún sin fecha para comenzar su funcionamiento.
Tras la firma de un acuerdo entre el primer ministro del país caribeño, Ariel Henry, con las autoridades de Kenia para el despliegue de la fuerza, el organismo insistió en la necesidad de medidas en materia de financiación y cualquier otro tipo de apoyo.
El aumento de la violencia y el deterioro de la situación remarcan la necesidad de un trabajo más rápido para esa iniciativa, dijo entonces el vocero del Secretario General de la ONU a la prensa.
«Llevamos meses hablando de cómo los civiles en Haití y Puerto Príncipe están básicamente atrapados por la violencia de las pandillas», advirtió Dujarric al recordar que las escuelas permanecen cerradas, los hospitales no funcionan y la gente sufre a diario.
El propio Guterres instó a los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a “hacer mucho más para asegurar el despliegue de esta Misión sin más demoras y una solución política que pueda resolver los problemas fundamentales del país».
Durante la octava cumbre del bloque, el titular de la ONU consideró grave la situación en Haití, a medida que las pandillas mantienen a la nación como rehén y utilizan la violencia sexual como arma.
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