El hecho se produjo el pasado 2 de marzo en el campamento de San Vicente (Metetí), donde alojan a los viajeros irregulares con rumbo a Estados Unidos.
Entonces, el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) precisó que en los violentos incidentes destruyeron vehículos e incendiaron al menos 10 módulos.
Según el informe, el enfrentamiento de los policías con los migrantes, sobre todo de Venezuela, Ecuador y Colombia, comenzó con una discusión entre dos mujeres que disputaban una carpa, en la que intervinieron sus respectivas parejas y derivaron en una pelea entre varios grupos.
Tras la intervención de agentes del orden, 250 migrantes se enfrentaron a las unidades fronterizas, lo que dio lugar a un despliegue policial mayor.
A aquellos detenidos que no se les pueda probar alguna participación en los hechos, igual serán enviados a albergues migratorios, para el posterior traslado a sus países de origen, indicó Pino.
“Tenemos que dar un buen ejemplo de que las cosas no son de esa manera. Están de tránsito, pero tienen que respetar. Tiene que haber ley y orden”, remarcó.
Más de 35 funcionarios de Migración y 15 agentes del Senafront tuvieron que salir del campamento, al no tener cómo defenderse de la turba, precisó la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine.
“Las personas que están viniendo por ese flujo ya no son refugiadas. Lamentablemente llega mucha gente con récord criminal”, acotó.
En lo que va de año, 73 mil 426 migrantes han pasado por la selva del Darién, 20 mil más que en 2023 para este mismo lapso.
El pasado año transitaron por la jungla más de 520 mil caminantes, pese a que las autoridades locales alertan con frecuencia sobre lo peligroso de esta vía, además del acoso que sufren las personas por parte de bandas criminales.
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