Para el efecto, aprobó una reforma constitucional en una segunda votación (la primera fue hace menos de cuatro meses) con el apoyo de 93 de los 130 congresistas, la oposición de 28 y una abstención.
La norma precisa además que podrán postular al resurrecto Senado quienes tengan 45 años de edad como mínimo o hayan sido diputados o senadores, lo cual trajo también consigo el retorno de la reelección congresal.
En virtud de la reforma, tras la siguiente elección habrá 130 diputados, cifra igual a la de los congresistas actuales, y 60 senadores.
Durante el debate, los partidos de derecha extrema y sus aliados alegaron que la bicameralidad hará más eficiente la labor legislativo y la reelección permitirá contar con legisladores experimentados.
La legisladora de izquierda Margot Palacios consideró lamentable que se apruebe una reforma pese a que más de 80 por ciento de los electores votaron en 2018 en un referendo contra el restablecimiento del Senado y por proscribir la reelección.
El parlamentario Guillermo Bermejo, también progresista, invocó al pleno a tener en cuenta la voluntad popular expresada hace poco más de cinco años y el creciente deterioro de la imagen del Congreso, y propuso consultar primero la opinión de la población en un nuevo referendo sobre las medidas planteadas.
Ante el rechazo de la mayoría a la propuesta, la centrista Flor Pablo pidió que se vote por separado la bicameralidad y la reelección parlamentaria, lo cual no fue aceptado.
La reforma no solo permite a los actuales congresistas buscar la reelección, sino que otorga a los 32 que llegarán a los próximos comicios sin cumplir los 45 años exigidos, el privilegio de postularse al Senado, por haber sido parlamentarios.
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