Macron ha puesto el tema del apoyo a Ucrania contra Rusia en el centro de su agenda en los últimos meses, en una postura que endureció a finales de febrero durante una conferencia destinada a impulsar la ayuda a Kiev, en la que además de prometer bombas y misiles de variado alcance, dijo que no era descartable la presencia de tropas occidentales en el frente.
Sus propósitos fueron fustigados desde la oposición, mientras aliados europeos se desmarcaban de la sugerencia de cruzar la línea roja de convertir a la OTAN en beligerante en la guerra que comenzó hace dos años, definida por Rusia como una operación especial de desnazificación y por occidente como una agresión.
El encuentro de hoy antecede a debates previstos la próxima semana por diputados y senadores, quienes deberán pronunciarse sobre los planes de Francia ante el conflicto en el Este de Europa.
Ayer, Macron conversó en el Elíseo con los expresidentes François Hollande y Nicolas Sarkozy acerca de su visión del conflicto y su llamado a acelerar el respaldo a Ucrania.
Según el mandatario francés, París y Occidente deben hacer todo lo posible para que Rusia no gane la guerra, en medio de un escenario militar cada vez más complicado para Kiev.
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