Precisa que hasta ahora son 163 plazas garantizadas, siendo 101 femeninas, 47 masculinas y otras 15 sin género (en el hipismo, ellas compiten con los hombres y la natación no tiene definición de los relevos).
El número pasó de 100 ayer con la garantía de la vacante para el dúo Duda y Ana Patricia, de voleibol de playa, y de Georgia Furquim Bastos (Skeet femenino de tiro deportivo).
Según el cotidiano, París-2024 será la edición de equidad de género, con 50 por ciento de participación: serán cinco mil 250 hombres y cinco mil 250 mujeres. Hasta julio existen posibilidades de clasificación.
La ventaja femenina hasta ahora se debe a los deportes colectivos, pues las selecciones de rugby siete, balonmano y fútbol están garantizadas.
En cambio, el equipo masculino de balompié no irá al evento y el de rugby y balonmano aún necesitarán jugar torneos preolímpicos. Este último debe tener más posibilidades.
«De suceder, será otro hito importante en la historia del deporte brasileño. El deporte femenino de alto rendimiento viene teniendo un crecimiento significativo en Brasil», comentó Mariana Mello, gerente de planificación y desempeño deportivo del Comité Olímpico de Brasil. Precisó que, si nos detenemos a pensar que en 1964 Aída dos Santos fue la única mujer brasileña en los Juegos Olímpicos, la evolución es muy grande, eso fue hace apenas 60 años.
Desde 1932, cuando Maria Lenk disputó la Olimpiada de Los Ángeles, la participación femenina creció. De Los Ángeles a Montreal-1976, varió entre un atleta y 11.
En Moscú-1980 fue a 15, después 22 (Los Ángeles-1984), 35 (Seúl-1988)… En Tokio-2020, llegó a 141 atletas (46,5 por ciento del total).
Recordar que, en la primera edición de la era moderna, en 1896, las atletas eran prohibidas de competir, como ocurría en la Grecia Antigua.
«Ser mayoría es maravilloso. Las mujeres entrenaron tanto, se esforzaron tanto para conseguir sus espacios que para mí es un honor formar parte de este porcentaje», declaró la gimnasta Rebeca Andrade, quien en Tokio-2020 hizo historia al ganar dos medallas, el oro en el salto y la plata en el individual general.
Ahora, el barco insignia de Brasil son las mujeres. Hay más favoritas a lo más alto del podio que predilectos.
Junto con Andrade figuran Rayssa Leal, Ana Marcela Cunha, Mayra Aguiar, Beatriz Souza, Bia Ferreira, Ana Patrícia/Duda, Martine/Kahena, entre otras.
En Tokio-2020, fueron las principales responsables de que el gigante sudamericano lograra su mejor resultado.
De las 21 medallas, siete de oro, seis de plata y ocho de bronce, las mujeres ganaron nueve. Casi el doble de las cinco conquistadas en casa, en Río-2016.
mem/ocs