Según el texto, la operación por aire realizada por las Fuerzas Armadas se produjo a petición del Departamento de Estado, lo que permitiría además un reforzamiento de la seguridad de la representación diplomática ante el aumento de la violencia de pandillas.
Reportes de Prensa Latina desde Puerto Príncipe alertan que dimisión y remplazo son las palabras del día en Haití, donde muchos aguardan por la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, que, por las presiones a que es sometido, podría abandonar el cargo muy pronto.
El cabecilla de una de las pandillas que dominan el escenario allí amenazó con llevar a cabo una sangrienta guerra civil si el primer ministro no deja el sillón de gobierno.
Jimmy Chérizier, apodado Barbacoa, quien encabeza la coalición de bandas G-9, dijo que “si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyándole, nos llevará directamente a una guerra civil que acabará en genocidio”.
Afirmó además que “o Haití se convierte en un paraíso para todos nosotros, o en un infierno para todos nosotros”.
El país insular del Caribe entró en estado de emergencia hace una semana que se intensificaron los enfrentamientos violentos mientras Henry se encontraba en Nairobi, Kenya, en busca de un acuerdo para la misión respaldada por la ONU, que lleva tiempo aplazada.
Henry llegó a Puerto Rico el martes pasado y ahí sigue varado debido a la escalada de la violencia en su país.
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