Los preparativos de cara a la cita estival señalada del 26 de julio al 11 de agosto y la paralímpica, prevista del 28 de agosto al 8 de septiembre, ocupan buena parte del tiempo del titular, ante el peligro real de atentados terroristas y otras amenazas al orden público.
En declaraciones a Le Journal du Dimanche, el alto funcionario precisó que cinco mil de los individuos seguidos de cerca pudieran pasar al acto, lo cual ilustra el riesgo imperante en un año con otros eventos de relevancia, como las elecciones europeas de junio, la Eurocopa de fútbol en la vecina Alemania y el Tour de Francia de ciclismo.
De acuerdo con Darmanin, existe la posibilidad de que alguna organización terrorista trate de aprovecharse de personas ya presentes en suelo francés para materializar sus propósitos.
También los miembros de los diversos dispositivos de seguridad son estudiados, que incluyen a agentes privados y voluntarios, así como otros participantes en los Juegos Olímpicos.
Al respecto, el ministro del Interior anunció que 250 individuos han sido descartados, seis de ellos fichados S, al representar una amenaza para la seguridad en cuestiones como el terrorismo.
Darmanin citó entre los peligros gestionados de cara a París-2024 el Islam radical, el accionar de las extremas derecha e izquierda y la injerencia extranjera, en la que mencionó a “Rusia en primer lugar”, un país con el que han escalado las tensiones desde el estallido del conflicto en Ucrania.
Uno de los grandes retos de los Juegos Olímpicos en materia de seguridad será la inauguración del 26 de julio, por primera vez fuera de un estadio y con el río Sena de protagonista, en cuyas márgenes se prevé la presencia de al menos 300 mil espectadores.
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