La funcionaria destacó en un comunicado que toda la población en ese territorio necesita urgentemente ayuda alimentaria y más de medio millón se enfrenta a niveles catastróficos de hambre.
Al respecto, resaltó que el riesgo de hambruna es cada vez mayor en el enclave costero, donde viven 2,3 millones de palestinos.
El mes sagrado del Ramadán comenzó en la zona mientras “enfrenta una crisis de hambre sin precedentes en un contexto de conflictos, desafíos económicos y cambio climático”, recalcó.
En otros países de la región, los conflictos prolongados y las crisis económicas convirtieron el ritual básico del ayuno del Ramadán en una dura realidad diaria para millones de personas, señaló.
Las autoridades palestinas denunciaron que la hambruna en la Franja comenzó a cobrar vidas entre la población civil y advirtió de los riesgos derivados de la propagación de la desnutrición.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud alertó que los palestinos en el norte de Gaza sufren una situación de malnutrición particularmente extrema.
Las familias allí se ven obligadas a buscar restos de comida que dejan las ratas y a comer hojas para intentar sobrevivir tras casi cinco meses de guerra, denunció a finales del pasado mes la organización Save the Children.
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