«Europa impone barreras, limita el transporte, cierra fronteras, prohíbe el comercio, frena transacciones bancarias, y cancela la cooperación cultural, para formar un nuevo telón de hierro», dijo el diplomático, al intervenir en el foro sobre el desarrollo sostenido de la Comisión Económica de la ONU para Europa.
Según el vicecanciller belaruso, la infraestructura energética, que estuvo llamada a unir entre sí a Europa y Asia, se transforma vertiginosamente en una de desunión.
Esto último permite afirmar que se han reducido sustancialmente las posibilidades de plasmar los objetivos del desarrollo sostenido de Europa y cuestionar su papel de líder en el logro de estos objetivos, señaló.
Belarús evalúa sensatamente la nueva situación y en su desarrollo se apoya sobre las fuerzas propias y las de sus socios. Las autoridades de la república desarrollan la cooperación con los círculos empresariales, las ONG, la juventud y los círculos académicos, refirió.
Ambrazévich recordó que Minsk no tomó por iniciativa propia ni una medida inamistosa contra países occidentales. «No lo hacemos porque comprendemos que la reducción de la cooperación inevitablemente provoca la disminución de las posibilidades para el desarrollo interno”, acotó.
Y agregó que los gobiernos de los estados occidentales creen que hacen bien a sus ciudadanos privándoles de la posibilidad de cooperar con Belarús. De no existir esas autorrestricciones, el mundo estaría mucho más cerca del logro de los objetivos del desarrollo sostenido», opinó el vicecanciller belaruso.
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