Según el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, el conflicto provocó continuos ataques contra objetivos civiles, así como asesinatos, enfrentamientos étnicos, y la muerte de miles de personas, entre las cuales hay niños.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), señala también que hay catorce millones de niños sudaneses que necesitan urgentemente ayuda humanitaria, mientras 19 millones están sin escolarizar y cuatro millones han sido desplazados por la guerra.
Unicef denuncia que dos tercios de la población sudanesa carece de acceso a los servicios sanitarios ya que cerca de un 80 por ciento de los hospitales cesaron sus operaciones por la grave escasez de suministros médicos y el peligro para el personal de Salud.
Desde mediados de abril pasado, esta nación africana se encuentra sumida en una guerra interna, tras avivarse las contradicciones por cuestiones de poder entre el jefe del Ejército, Abdel Fatah al-Burhan, y el líder de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, (RSF, inglés) Mohamed Hamdan Daglo.
En Sudán, donde ocurrió un golpe de estado militar en 2021 y otro en 2019, se desató una guerra que mató a miles de civiles, entre ellos unos 15 mil solo en la región de Darfur Occidental, y provocó el desplazamiento de unos siete millones de personas, según datos suministrados por la ONU.
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