Según manifestó el titular en una reunión con los altos mandos militares rusos, de las pérdidas del enemigo, 790 son irrecuperables, mientras que los todos los ataques fueron repelidos con éxito y los efectivos ucranianos fueron expulsados más allá del territorio de la Federación.
Los combates más intentos tuvieron lugar en el área del pueblo de Kozinka, en la región de Bélgorod, precisó Shoigú.
La incursión en Kozinka se produjo el pasado 14 de marzo, cuando un grupo de sabotaje ucraniano penetró en el territorio ruso e intentó atrincherarse en una de las casas del pueblo, después de lo cual quedó bloqueado por las fuerzas de este país.
El 24 de febrero se cumplieron dos años desde el comienzo de la operación militar de Rusia, cuyos objetivos, según el presidente ruso, Vladímir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte de las actuales autoridades de Kiev.
Igualmente se persigue y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
La provincia de Bélgorod ha sido la más afectada, con varias incursiones de grupos de sabotaje desde Ucrania en los últimos meses y continuos ataques a municipios fronterizos con el uso de lanzacohetes múltiples, morteros y drones.
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