Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de diciembre de 2011, la efeméride tiene el objetivo de crear conciencia acerca del valor de estas personas, a pesar de su discapacidad intelectual, y este año enarbola el lema Acabar con los estereotipos.
Se pretende reivindicar sus aportaciones a la sociedad, sus derechos e independencia para la toma de sus propias decisiones y crecimiento personal.
El Síndrome de Down no es una enfermedad, se trata de una condición o trastorno cromosómico que ocurre cuando aparece una alteración o material genético extra en el cromosoma 21, generando discapacidad intelectual.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud esta condición ocurre en uno de cada mil 100 recién nacidos, y todavía no hay explicación del por qué existe material genético extra en estas personas, aunque se sospecha que se debe a un proceso de división defectuoso que da como resultado un cromosoma más, llamado trisomía 21.
La consecuencia más evidente es un desarrollo incompleto a nivel cerebral, que provoca discapacidad intelectual y algunos trastornos físicos, que afectan el sistema digestivo y también ocasiona daños en el corazón.
Para las Naciones Unidas, las personas con Síndrome de Down deben gozar de los mismos beneficios y privilegios que el resto en la sociedad actual: derecho a la igualdad, oportunidad, y felicidad plena, los cuales son inalienables.
Su valor y contribución para la humanidad no debe ser inferior a pesar de su discapacidad, ya que con trabajo, atención y ayuda los nacidos con Síndrome de Down pueden crecer y ser incorporados a la vida social, desempeñando múltiples actividades.
El Día Mundial del Síndrome de Down es oportuno para dar un merecido lugar a todos los niños, jóvenes y adultos con esta condición, es una fecha para celebrar la vida, pero también la diversidad, donde es importante el respeto, la tolerancia y la aceptación.
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