El encuentro se disputó el 11 de febrero reciente en el capitalino Estadio Nacional entre El Cacique y el Huachipato y fue suspendido cuando faltaban 12 minutos para el final debido a la violencia desatada por las barras bravas del equipo albo.
A pesar de que Colo Colo ganaba 2-0, una parte de sus aficionados se enfrentó contra la policía, destruyó barreras y dañó la pista de atletismo, además de incendiar un sector de las gradas del estadio, que había sido remozado para los Panamericanos Santiago 2023.
El Tribunal Disciplinario de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional prohibió en primera instancia el ingreso a la cancha del Colo Colo durante cinco fechas, a todos los aficionados que ese día compraron entradas al sector norte de la instalación dañada.
Este jueves el órgano cambió la medida y levantó la sanción a los hinchas, pero mantuvo el cierre de un sector del graderío en la sede colocolina en los partidos que disputará como local contra Everton, Cobreloa, Unión la Calera, Palestino y Deportes Copiapó.
Sin dudas el Colo Colo es uno de los equipos más populares en el fútbol de Chile; sin embargo, arrastra desde hace varios años el estigma de la violencia ocasionada por una pequeña porción de su público.
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