Hizo esta declaración mientras hablaba en una cumbre sobre energía nuclear en esta capital, organizada conjuntamente por el gobierno belga y la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Según Von der Leyen, la energía nuclear sigue siendo la mayor fuente de producción de electricidad en la UE y su participación es de alrededor del 22 por ciento.
También es la segunda fuente más grande de electricidad de bajas emisiones después de la energía hidroeléctrica.
En el contexto de la transición a fuentes de energía renovables y el abandono de los combustibles fósiles, Von der Leyen pidió que se preste más atención a este ámbito.
Dada la urgencia del desafío climático, los países deben considerar cuidadosamente sus opciones antes de abandonar una fuente fácilmente disponible de electricidad de bajas emisiones, indicó la jefa de la CE.
Vale la pena señalar que por primera vez se hizo un llamado de este tipo, pues anteriormente, Von der Leyen no se había manifestado tan abiertamente en defensa de las centrales nucleares.
De acuerdo con analistas en el tema, en la Comunidad se han formado dos bandos: los que se oponen y los que apoyan las vainas de ese tipo.
El primero incluye, por ejemplo, a Alemania y Austria, los cuales decidieron abandonar el uso de centrales nucleares debido a problemas de residuos radiactivo, en lo cual jugo un papel especial el accidente ocurrido en 2011 en la central japonesa Fukushima-1.
Durante ese periodo se congeló la puesta en servicio de nuevos reactores en varios países europeos y se anunció el desmantelamiento gradual de los existentes.
El segundo grupo está liderado por Francia, el mayor productor de energía nuclear del bloque comunitario.
A pesar de las contrariedades, el escepticismo hacia las centrales nucleares quedó superado hace un par de años, cuando Europa se vio afectada por la crisis energética.
Como resultado, la CE incluso clasificó la nuclear y la de gas como fuentes de energía verdes que contribuyen a la transición hacia una economía libre de carbono.
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