«Agradezco a los equipos de médicos y ambulancia aérea, miembros de unidades especiales, bomberos, rescatistas que hicieron todo lo posible para salvar vidas, para sacar a la gente del fuego, del epicentro del incendio y el humo», dijo Putin en su mensaje a la población rusa tras el atentado, que provocó al menos 115 muertos.
El viernes, un grupo de hombres armados, vestidos con ropa de camuflaje, desató un tiroteo en la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en la ciudad de Krasnogorsk, en la provincia de Moscú, apenas unos minutos antes de comenzar un concierto de la banda rusa de rock Picnic.
El tiroteo fue seguido por un incendio, que según el Ministerio de Emergencias, afectó un área de casi 13 mil metros cuadrados.
Según los últimos datos del Comité de Investigación ruso, el ataque, investigado como atentado, se saldó con 115 muertos, incluidos menores de edad.
A su vez, la redactora jefa del grupo mediático Rossiya Segodnya y del canal de televisión RT, Margarita Simonián, informó que ya hay 143 muertos.
Hasta ahora fueron detenidos 11 implicados en el atentado, incluidos los cuatro atacantes que abrieron fuego contra la multitud en Crocus City Hall. Según el FSB, después del atentado los terroristas intentaron huir hacia la frontera entre Rusia y Ucrania. Kiev, por su parte, negó su implicación en el ataque.
Las autoridades de Rusia cancelaron todos los eventos masivos y de entretenimiento programados para los próximos días. Mientras el 24 de marzo fue declarado día de luto nacional por las víctimas.
Varios líderes mundiales se solidarizaron con el pueblo ruso y condenaron el ataque en términos más enérgicos.
gfa