Quesada, nacida en la central provincia de Villa Clara, integró la histórica posta de la cita mexicana bajo los cinco aros junto a otras grandes velocistas de la isla como Miguelina Cobián, Marlene Elejalde y Fulgencia Romay.
El presidente del Instituto Nacional de Deportes, Osvaldo Vento, expresó su pesar en su cuenta en la red social X.
«Acompañamos en su dolor a familiares y amigos de Violeta Quesada, miembro de la posta de 4×100 metros que conquistó plata para Cuba en los Juegos Olímpicos de México 1968. También laureada en otros eventos, su fallecimiento genera profundo dolor en el deporte cubano», escribió.
En declaraciones a Jit, la exjabalinista cubana María Caridad Colón, miembro del Comité Olímpico Internacional y vicepresidenta de la Federación Cubana de Atletismo, también lamentó el deceso de la corredora.
«Ella fue una de las imprescindibles en esa generación que abrió el camino de los logros. Junto a sus compañeras de aquella posta fue un ejemplo a seguir por todas las mujeres que luego continuamos cosechando triunfos para nuestro deporte», dijo sobre la velocista.
En la exitosa trayectoria de Quesada también destaca su participación en la estafeta que conquistó el título de la misma especialidad en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1967, con récord nacional y triunfo sobre la favorita representación de Estados Unidos.
Un año antes formó parte de la delegación cubana a la cita multideportiva centrocaribeña celebrada en San Juan, Puerto Rico, donde no pudo competir debido a una lesión.
En el 2005, atendiendo a sus destacados resultados internacionales en las pistas, Quesada resultó exaltada al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo (Nacac, por sus siglas en inglés).
La antillana murió víctima de un accidente cerebral mientras se encontraba en la ciudad estadounidense de Tampa, a donde viajó de visita.
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