Firmado por Bhaskar Sunkara, el texto refiere que ambos mandatarios alimentaron la miseria económica de la nación caribeña.
Recordó, asimismo, cómo el 6 de abril de 1960, el diplomático estadounidense Lester D. Mallory escribió un memorando donde abogaba por un embargo “que negara dinero y suministros a Cuba , para disminuir los salarios monetarios y reales, para provocar hambre, desesperación y derrocamiento del gobierno”.
El artículo subraya que 64 años después, esa política definida por la isla como bloqueo, sigue vigente, si bien no logró su objetivo declarado: el derrocamiento de la Revolución.
No obstante, alimenta años de desesperación e ira justificada e, incluso, el exmandatario Barack Obama reconoció eso durante su segundo mandato.
El periodista argumenta que en la histórica visita a La Habana en 2016, el expresidente manifestó sobre el propósito de su arribo a La Habana: “enterrar el último vestigio de la guerra fría en las Américas” y “a extender la mano de la amistad al pueblo cubano”.
Sunkara, presidente de la Nación, editor fundador de Jacobin y autor de El Manifiesto Socialista: El caso de la política radical en una era de desigualdades extremas, apuntó también que para ese entonces la administración de Obama había avanzado en ese sentido.
En aquella etapa, indicó, se aliviaron las restricciones estadounidenses a los viajes y las remesas y se reabrieron las respectivas embajadas de ambos países en La Habana y Washington DC.
Sumado a ello, Cuba fue eliminada de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y pudo hacer negocios con bancos norteamericana, valorados como el eje del sistema financiero mundial.
«El régimen de sanciones más antiguo de la historia no fue completamente desmantelado, pero el progreso fue inmenso y los trabajadores cubanos vieron los beneficios casi de inmediato», argumentó.
Pero, la sorpresiva elección de Donald Trump cambió todo eso, pues influenciado por políticos cubanoamericanos como Marco Rubio y «un lobby ruidoso en Miami», impuso nuevamente las restricciones de viaje y prohibió los tratos con empresas estatales que constituyen la mayor parte de la economía cubana.
Sin embargo, expresó, la acción más provocativa de Trump se produjo pocos días antes de dejar el cargo en enero de 2021, cuando devolvió a Cuba a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, aunque los dos países cooperan en materia de contraterrorismo y de los exitosos esfuerzos cubanos para alentar a grupos guerrilleros como las FARC-EP a poner fin a la lucha armada.
Como resultado de los pocos cambios asumidos por Biden, la mayor de las Antillas permanece aislada de importantes fuentes de comercio y finanzas, incluso de actores no estadounidenses.
Esas difíciles condiciones, indicó, llevaron a protestas recientes contra la escasez de alimentos y cortes de electricidad en Santiago de Cuba y a las manifestaciones mucho más generalizadas en toda la isla en julio de 2021.
El texto reconoció, asimismo, la campaña de alfabetización impulsada en 1961 que llegó a más de 700 mil personas, en su mayoría en zonas rurales desatendidas, la reforma agraria, la electrificación rural y el establecimiento a nivel nacional de atención médica y educación gratuitas y de alta calidad.
También, aludió a la la labor de los médicos y especialistas técnicos cubanos en todo el mundo, con el envío de brigadas sanitarias a más de 100 países desde la Revolución, incluso después del terremoto de Haití de 2010 y el brote de ébola de África occidental de 2014.
En las últimas dos décadas, otro esfuerzo curó a tres millones de pacientes con discapacidad visual en naciones en desarrollo y el papel de las fuerzas militares cubanas también fue decisivo en la derrota del apartheid, añadió el artículo.
Mencionó también otros momentos históricos como la ayuda de la URSS, el denominado período especial, crisis económica comenzada en la década de 1990 que Washington, vio como una oportunidad para lograr una victoria final en la guerra fría.
«El embargo no sólo ha obstaculizado los recientes esfuerzos de reforma del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, sino que ha coloreado 65 años de desarrollo de su país. Según algunos cálculos, ha costado más de 140.000 millones de dólares en total, cifra que supera con creces el apoyo soviético a Cuba», apreció.
A juicio del autor, Estados Unidos tiene una deuda con el pueblo cubano por sus décadas de guerra económica y como mínimo, el presidente Biden debería cumplir sus promesas de campaña y eliminar de inmediato la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.
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