Por un lado la campaña denominada Fiesta por el Cine Cubano, lanzada hace una semana con una gran celebración fílmica a cargo de fundadores, de organismos e instituciones que rinden tributo al Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) en su aniversario 65.
Al otro extremo -y entre proyecciones de películas estrenadas y clásicos- una vorágine en el sector después de presentada la convocatoria para la edición 45 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, espacio para que los cineastas presenten sus propuestas hasta agosto para competir en diciembre.
Y ahora, un nuevo certamen el cual agradecerán los amantes del cine ruso, cita que tendrá lugar aquí del 3 al 7 de abril, organizada por la empresa audiovisual Roskino, con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Federación Rusa y el Fondo del Cine Cubano.
Entre los filmes que se exhibirán en la capital cubana destacan Cheburashka (2023), dirigida por Dmitri Diachenko; Campeón del Mundo, (2021), de Alexéi Sídorov; A las órdenes del lucio, de Alexandr Voitinski; Desafío, (2023) de Klim Shipenko; Aire, (2024), de Alexéi German; Camachuelo, de Borís Jlébnikov; y Estoy dando un paso, de Olga Akátieva.
Durante el festival se firmará un acuerdo de cooperación bilateral entre el Fondo Estatal de Cine de Rusia y el Icaic.
Según la ministra de cultura de Rusia, Olga Liubimova, todo el acervo cultural de su país es apreciado en la República de Cuba y se abren nuevos centros de estudio de la lengua del gigante euroasiático.
Por tanto, estamos muy entusiasmados por continuar la tradición de proyecciones de nuestro cine en la nación caribeña, expresó la titular.
Lyubimova agregó que el Festival de Cine Ruso no solo proyectará nuevas películas para un amplio público cubano, sino contribuirá al desarrollo de la asociación entre las industrias cinematográficas de las dos naciones.
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