De acuerdo con informes del Servicio Nacional de Migración (SNM), esa cantidad represen8ta un auge del 24 por ciento si se compara con el similar período de 2023,cuando transitaron la jungla 87 mil 390 individuos.
Este corredor natural entre Colombia y Panamá se ha convertido en un desafío para quienes buscan una vida mejor, enfrentando peligros extremos y condiciones inhumanas en su travesía.
Ante este drama humano, líderes religiosos como el obispo de Darién, Pedro Hernández, han levantado su voz en Semana Santa, instando a la solidaridad y a no abandonar a su suerte a aquellos que buscan oportunidades más allá de las fronteras.
Actualmente, el epicentro de la crisis migratoria en Darién se centra en comunidades indígenas como Lajas Blancas, donde hay mil 55 caminantes, además de otras como Bajo Chiquito.
Según el SNM, el promedio diario de arribo al país centroamericano rumbo a Estados Unidos es de mil 50 viajeros ilegales.
En su mayoría los caminantes llegan con cuadros de deshidratación, diarreas o enfermedades respiratorias, además son víctimas de agresión sexual, mientras que otros fallecen en la angustiosa travesía.
Entre los estudios del SNM sobresale que el 22 por ciento de esos flujos son menores edad, una buena parte de los cuales viaja sin compañía.
Sobre el tema, el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, precisó que entre los migrantes 87 mil 650 son suramericanos, sobre todo venezolanos, ecuatorianos y colombianos.
Pino vaticinó que de mantenerse los flujos actuales, para este año se perfila que la cantidad de migrantes irregulares será superior al 2023.
“Para nosotros es un reto ya que se combinan dos aspectos, la parte humanitaria y la de seguridad nacional, porque detrás de la migración está el crimen organizado”, remarcó.
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