Esta situación trajo como consecuencia que 58 de cada 100 féminas dejaran de viajar, salir o conducir solas en horas nocturnas.
El sondeo comprendió a 600 mujeres y 57 por ciento dijeron haber sido víctima de violencia física o psicológica.
“La inseguridad pública está generando importantes consecuencias para las mujeres, limitándolas, transformando sus vidas y disminuyendo sus espacios de interacción con otras personas”, declaró la gerente de estudios públicos de Ipsos, Alejandra Ojeda.
De acuerdo con Ojeda, el no poder trasladarse solas, tener que moverse acompañadas o sentirse inseguras en lugares de esparcimiento perjudica su libertad de acción y puede traer consecuencias dañinas en la salud mental a largo plazo.
“La inseguridad es un problema para todos, pero tiene perspectiva de género en sus consecuencias”, afirmó.
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