En el tablero del ajedrez político local se aprecian los “movimientos” de las agrupaciones que van desde la derecha, Alianza Republicana Nacionalista (Arena), a la izquierda representada por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que ajustan planes y estrategias ante peligros que amenazan su existencia.
Pero, otros como Nuestro Tiempo y Cambio Democrático están abocados a desaparecer del escenario después de no alcanzar los 50 mil votos mínimos necesarios para no ser cancelados. Nuestro Tiempo (41 mil 060 votos) y Cambio Democrático (12 mil 165 votos).
La Ley de Partidos Políticos establece como causales de cancelación: cuando un instituto participe en una elección de diputados de la Asamblea Legislativa y “no obtenga 50 mil votos válidos emitidos a su favor”, así como también otras causales como cuando no participe en dos elecciones consecutivas o cuando propicie fraude electoral en algún comicio.
También la legislación fija que ningún partido puede ser cancelado si cuenta con representación legislativa de al menos un diputado en la Asamblea.
El proceso de cancelación debe ser iniciado por el Tribunal a más tardar 30 días después de declarar en firme los resultados de la elección “con la sola certificación de los resultados electorales emitida por el Tribunal”, algo que fue divulgado el 13 de marzo, o sea faltan apenas 11 días.
En el caso de Arena, la derecha local busca renovarse luego de continuadas pérdidas de elecciones, primero ante el FMLN, y ahora con Nuevas Ideas, el partido en el gobierno que provocó un torbellino en el escenario político local al avanzar con cifras abrumadoras en la Asamblea y en las alcaldías, sin contar la reelección del presiente Nayib Bukele.
El tricolor de derecha después de tener la mayor cantidad de miembros como opción política conservadora vio reducido su capital político años tras año, elección tras elección, e incluso se vio impulsado en traer un candidato desde el exterior para presentar una presunta nueva imagen, lo cual no le resultó al tener su mayor caída en los últimos años.
En el caso de la izquierda, representada en el FMLN, pesó mucho el desempeño que tuvieron en sus dos administraciones durante las cuales se convirtieron en “administradores de la oligarquía local” y se apartaron de su esencia popular, según comentó a Prensa Latina, José Luis Merino, uno de sus dirigentes históricos.
Fallas en la conducción partidista llevan hoy a algunos como el convencionista y concejal electo de San Salvador Este, Cayetano Cruz, a advertir que, si no realizan cambios, el partido político de izquierda desaparecerá por completo.
“La militancia pide que lleguen nuevos cuadros de conducción”, dijo Cruz en declaraciones al diario El Mundo.
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) pasó de tener cuatro diputados en la Asamblea Legislativa y 30 alcaldes a no tener ni legisladores ni alcaldes municipales. La erosión electoral del partido causa alarma en sus filas y acentúa criterios de que deben trabajar para rescatar sus bases históricas entre los más necesitados el país.
La crisis en número muestra que su caudal electoral presidencial que en 2019 llegó a superar el millón de votos cayó a 195 mil 920 votos en la elección legislativa, no logró ningún escaño legislativo en la nueva distribución.
Según fuentes de la toda roja, las bases piden cambio de dirigentes en sus distintos órganos de dirección, tanto Comisión Política como Consejo Nacional.
Asimismo no son pocos los que se pronuncian porque desaparezca el sectarismo y la presencia de grupos que compiten por cuotas de poder, algo que permitiría elecciones internas que lleven a la izquierda a iniciar un proceso de refundación y crecimiento.
Así, a grandes rasgos, se describe el ajedrez en el tablero político salvadoreño.
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