Según el Banco Central del país (BCH), esos pronósticos se derivan del dinamismo esperado en el consumo privado, la recuperación de las exportaciones y el impulso a la inversión pública-privada en renglones como la manufactura textil y la producción de alimentos, de maquinaria agrícola y minerales.
Otro elemento importante será una mayor ejecución de proyectos de construcción por parte del sector privado tras contar con mejores condiciones financieras y el incremento en tres por ciento del flujo de remesas familiares, consolidada como una de las principales fuentes de ingreso para los hogares y de captación de divisas extranjeras.
Específicamente en ese último indicador la previsión es que genere la entrada de nueve mil 518 millones de dólares, o sea, 276 millones de dólares más en comparación con el 2023.
Respecto a la inflación, el BCH augura un nivel de cinco por ciento, pero alertó sobre la persistente incertidumbre por factores internos como las variaciones en la oferta y entre los externos estará la incidencia de los conflicto Rusia-Ucrania y en Medio Oriente en el encarecimiento de los alimentos, combustibles, transporte marítimo y las cadenas de suministros.
Igualmente, llamó a tener en cuenta el impacto en el mercado de los hidrocarburos de las sanciones de Estados Unidos a Venezuela y las posibles afectaciones en la agricultura por sequías, inundaciones y otros desastres derivados de los fenómenos de El Niño y La Niña.
El Banco consideró que todas esas proyecciones positivas también son válidas para 2025 e incluso el PIB pudiera llegar hasta los 4,5 puntos de expansión al término del año próximo.
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