En ello juega un papel importante el trabajo conjunto entre el centro de Bioplantas, aledaño a la Universidad Máximo Gómez y la unidad productora, perteneciente a la Empresa Agroindustrial Ceballos (DCballos), en Ciego de Ávila, para la aplicación de adelantos científicos y la innovación tecnológica.
El director general de DCballos, Exnier González, puntualizó que desde hace cuatro años laboran en el Proyecto de Diversificación de Variedades de Piña, con resultados alentadores en la evaluación del ciclo completo, incluso, el comportamiento de los prototipos sembrados.
El programa totalizó 10 investigaciones, incluidas la producción de vitroplantas, la fase de adaptación y vivero, así como estudios de las características morfo-agronómicas bajo las condiciones de campo de las variedades Champaka-F153, Pérola, Española Roja y MD-2.
Las valoraciones demostraron que los plantíos muestran resistencia a las condiciones adversas y adaptabilidad a las necesidades y escasez de recursos, que hacen muy factible su cultivo en las actuales condiciones del país.
De las variedades estudiadas sobresale la Pérola, de origen brasileño, de las cuales hay sembradas unas 20 hectáreas en fértiles terrenos del territorio que deben multiplicarse por cinco en 2025, precisó el directivo.
En el caso de la MD2 es muy lenta su recuperación debido al alto costo del paquete tecnológico, por lo que requiere un programa de multiplicación paralelo para poder crecer en áreas.
La empresa avileña es la única del país que siembra la MD2, variedad más productiva y destinada, fundamentalmente, para el comercio exterior, por lo cual está en fase de aprobación una alianza de colaboración con la Agencia Francesa para el Desarrollo, que suministrará insumos, tecnologías y maquinarias a los agricultores del territorio.
La siembra de nuevas variedades de piña permite diversificar la producción, sustituir importaciones en el turismo, exportar mejores frutos e incrementar la entrega a la industria para la elaboración de jugos, concentrados y dulces en almíbar.
El encadenamiento entre la unidad productora y los centros científicos del territorio, permite una continua investigación en aras de beneficiar cada día el cultivo de la piña, uno de los principales símbolos agrícolas de Ciego de Ávila.
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