El analista político Gustavo Espinoza, señaló al respecto que la llamada crisis de la semana santa católica, desatada por la revelación de que usaba un reloj valorizado en 14 mil dólares, parecía frívola y efímera, pero es tan profunda que no tiene fin.
“Tendrá fines sucesivos y cada uno de ellos parecerá ser el último y, en realidad, la Presidenta atraviesa un proceso de caída indetenible y vive una cuenta regresiva”, agregó.
Señaló que la revelación periodística de que usaba un reloj valorizado en 14 mil dólares sin tener ingresos para comprar algo así, pareció a muchos frívola y efímera, pero no fue así porque ella no supo dar una explicación coherente ni creíble, lo que generó una bola de nieve que creció no cada día, sino cada hora.
Espinoza pronosticó que el partido neoliberal Fuerza Popular (FP) continuará imponiendo su línea al gobierno, utilizando su bancada parlamentaria que, junto a sus aliados, suman los votos necesarios para vacar (destituir) a Boluarte, hasta que no la necesite y prescinda de ella.
La bancada de FP, pese a su apoyo, se sumó por su parte a las críticas a la presidenta por argumentar sobre los relojes, que se los prestó su muy amigo Wilfredo Oscorima (gobernador de la región de Ayacucho, varias veces investigado por corrupción) y que los había devuelto, por lo cual no habría cometido ninguna irregularidad.
La congresista de FP Patricia Juárez ironizó sobre la afirmación de Boluarte de que aceptó el préstamo quizás porque quería representar mejor a su país en el exterior.
“Ahora resulta que cada vez que una quiera lucir glamorosa, tiene que pedir prestadas las joyas a Oscorima”, apuntó Juárez en la red social X.
Por su parte, la congresista de izquierda Silvana Robles calificó como “burda treta” las explicaciones de la mandataria y consideró sintomático que la gobernación de Ayacucho, haya recibido cuantiosos fondos para obras en su territorio.
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