El talento y carisma de los músicos y presentadores de programas cautivaron al público en cada uno de los espacios, con destaque en la Plaza Máximo Gómez, principal escenario, donde acontecieron excelentes conciertos, como los de Issac Delgado, Buena Fe, Dúo Iris, Laritza Bacallao, Alain Pérez, Diván, Toques del Río, David Blanco, y Maykel Blanco y su Salsa Mayor.
Los avileños también disfrutaron y bailaron al ritmo de Emilio Vega y Paso al Frente, Pedrito Calvo, Ricardo Leyva, Vania Borges, Adrián Berazain, Raúl Torres y Dayany Gutiérrez, así como los grupos Matices y Son Kayori, de Panamá, la solista dominicana Henya y la orquesta Bongó, de Puerto Rico.
Piña Colada es una fiesta cultural que llegó a su XXI edición ya consolidada y muy bien organizada por su fundador Arnaldo Rodríguez y directivos de Ciego de Ávila, quienes desde un inicio pusieron empeño para que esta festividad quedara impregnada por siempre entre los avileños de hoy y de siempre.
Acontecimiento relevante fue la Cruzada Cultural por la comunidad, con visitas a barrios, centros educativos, penitenciarios, hogares maternos, universidades, casa de niños sin amparo familiar y otras instituciones de interés social en Ciego de Ávila y la subsede ciudad de Morón.
Estos recorridos tuvieron como protagonistas a músicos invitados, acompañados por los artistas Flora Borrego, Denys Ramos, Bárbaro Marín, Ray Cruz y Belissa Cruz.
Todos vivieron emocionantes y felices jornadas, en las que primó la música popular bailable, y la fusión de varios géneros como la rumba, el jazz, la trova, el rock, ritmos clásicos y alternativos, y una excelente conexión entre los artistas y el pueblo.
Momento inolvidable fue la presentación en el patio de la Uneac de la reconocida y laureada obra Fátima y el parque de la Fraternidad, que contó con interpretación espectacular del reconocido actor Ray Cruz.
En otros escenarios, los avileños tuvieron la oportunidad de apreciar la puesta en escena No importa, del grupo teatral de Villa Clara Mejunje, y la presencia de coros de las provincias de Camagüey y Sancti Spíritus, y su anfitrión Corávila.
Un evento de relevancia fue el Simposio Música y Juventud con talleres, clases prácticas, conferencias, presentación de jóvenes creadores y la asistencia de estudiantes universitarios, sobre las herramientas digitales, su uso en la difusión y promoción de la música, y aspectos de la cultura popular y tradicional.
En declaraciones a la prensa, Rodríguez manifestó sentirse muy a gusto con el desarrollo del festival, pues pese a la situación económica compleja por la que atraviesa el país, el público avileño se mantuvo activo y receptivo y disfrutó de los diversos géneros que hoy conforman la música cubana.
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