Según fuentes oficiales, el jefe de Estado acudirá a la suroccidental ciudad para colocar la primera piedra de la planta, en el contexto de su presión a la industria militar de cara a los anunciados objetivos de ayudar a Ucrania a ganar la guerra contra Rusia y de ajustarse a las nuevas realidades geopolíticas.
Acompañado por los ministros de Economía, Bruno Le Maire, y Defensa, Sébastien Lecornu, el mandatario dialogará durante su visita con empresarios y representantes del sector de la producción militar.
Macron ha convertido en los últimos meses en causa priorizada el conflicto en Ucrania y la ayuda a ese país, alegando una amenaza de Rusia y la necesidad de derrotarla.
En ese sentido, llegó a evocar el posible envío de tropas al frente, propósito del que se distanciaron sus aliados occidentales y que disparó las tensiones con Moscú.
Para analistas políticos, la convocatoria del presidente habría que enmarcarla también en la aspiración de convertir a Francia en la potencia líder de la Unión Europea, ante un escenario de eventual regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, quien se presenta como un detractor de la idea de que Estados Unidos sea el defensor de Europa.
Otro elemento a considerar es la complicada situación interna de Macron, impopular y con enormes posibilidades de ver al oficialismo ceder por amplio margen frente a Agrupación Nacional (extrema derecha) en las elecciones europeas de junio, un partido que, a diferencia de su visión, privilegia el nacionalismo al europeísmo.
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