En Croix-des-Bouquets, Bel-Air, La Saline, Pernier y Ganthier, al menos 74 mujeres y niñas fueron víctimas de esa práctica, que incluye el ultraje de su cuerpo por varios miembros de una banda criminal, según un informe de la Red Nacional de Derechos Humanos de Haití.
Con anterioridad, la Iniciativa Departamental Contra la Trata y el Tráfico de Niños en Haití (Idette) pidió crear un mecanismo multisectorial capaz de proteger a mujeres e infantes en medio de la inseguridad que vive el país caribeño.
Deben buscarse vías para la atención de supervivientes de los abusos, crear a nivel de fiscalía una unidad de mujeres y niños en peligro, formar al personal jurídico en materia sobre violencia de género, y desplegar una campaña de sensibilización en escuelas, mercados e iglesias, recomendó la entidad.
La Idette subraya que los casos de violación individual y colectiva están muy extendidos, y los atacantes se complacen en filmar esos actos deshumanizantes para luego colocar el material audiovisual en las redes sociales.
El organismo denunció las presiones a que son sometidas las víctimas por la policía cuando van hacer las denuncias, y lamentó como algunos padres llegan a un acuerdo con el agresor por hasta 100 mil gourdes, unos 757 dólares estadounidenses, un buey y cerdos como compensación, y luego el caso queda cerrado.
En Haití, la violencia sexual se utiliza a menudo como instrumento de guerra para subyugar a las comunidades, y con el aumento de los grupos armados en el área metropolitana de Puerto Príncipe y en las ciudades de provincia durante 2023, los casos de violación aumentaron considerablemente.
mem/joe